viernes, 1 de febrero de 2013

Isaías Medina Angarita 1941-1945


     En la que Venezuela estuvo económicamente casi en quiebra a causa de la Segunda Guerra Venezuela tuvo que enfrentarse a una difícil y repentina tormenta de naturaleza económica; el año 1941 fue de muy buen prospecto para el país, pues el petróleo le dio la inimaginable suma de 228 millones de barriles de petróleo.

Esta situación trajo como inmediata consecuencia que con motivo de la caída de Pearl Harbor, importante bastión norteamericano que se alimentaba con petróleo venezolano, los submarinos alemanes, aliados con los japoneses, en la noche del 14 de febrero de 1942 torpedearon siete buques petroleros que transportaban nuestro crudo a las refinerías de Curazao y Aruba. Esto obliga rebajar nuestra producción a 148 millones de barriles, lo que vino obligadamente a reducir los ingresos con que el gobierno respaldo su política de obras en beneficio de la comunidad. Una medida importante fue la revisión de la política petrolera. A causa de la baja de producción, el gobierno pidió una revisión básica de la legislación petrolera.
     Después de muchos estudios y discusiones. Medina convoco al congreso a sesiones extraordinarias: así, el 13 de marzo de 1943 Venezuela tuvo una nueva Ley Petrolera cuyos aspectos más destacados fueron:
*Unificación de todas las medidas adoptadas sobre petróleo en los gobiernos anteriores.
* Obligatoriedad a las Compañías de ampliar en Venezuela, y a expensas de ellas las instalaciones de refinación.
* Aumento de los impuestos y regalías, hasta igualar los ingresos fiscales con las ganancias de los consorcios.
* Renovación por parte del Gobierno de todos los títulos otorgados y ampliación de su vigencia por cuarenta años y a renunciar a todos los juicios legales contra la industria del crudo.
     Los beneficios de la nueva ley fueron de efecto inmediato, grandes cantidades de dinero ingreso a las arcas del estado. Esto dio aliciente para que el Gobierno entregara en nuevas concesiones, trece millones de acres. Naturalmente que esta situación, abiertamente favorable a la industria, aumenta la producción, que se fijo en los 300 millones de barriles anuales sobre la marca establecida. Antes de la entrada en vigencia de la Ley de Hidrocarburos de 1943, las concesiones petroleras otorgadas estaban sometidas a distintas leyes, y el control que ejercía el estado en las actividades de las empresas, así como los beneficios que obtenían eran insuficientes. En ese sentido, la nueva ley de hidrocarburos represento un conjunto de ventajas para el país desde el punto de vista jurídico y económico, a partir de su promulgación en marzo de 1943.
     En cuanto a las ventajas económicas se refiere, destaca la elevación de la regalía, royally o impuesto de explotación alcanzar la sexta parte o el dieciséis con dos tercio por ciento de la producción. De igual forma, se aumento el impuesto inicial de explotación a ocho bolívares por hectárea y el impuesto de exploración se llevo a seis bolívares por hectárea durante los tres años que duraba el periodo de esa actividad mientras que el impuesto superficial se incremento en forma progresiva a medida que envejecía la concesión para obligar al concesionario a explotar la misma. Conjuntamente con estos impuestos especiales, se sometió a la industria petrolera a pagar impuestos generales, de acuerdo a su ley de impuesto sobre la renta y se elimino la exoneración obligatoria del pago de impuesto aduaneros.

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